Marino se llamaba.
Cambió su piano y su colección de mariposas nacaradas por un llaud con vela.
"Debo abrazar los mares"-prometió.
Gismo su gato le acompañó.
En El Mar Rojo Eolo vino a saludarle .
Hoy Marino y Gismo duermen en lechos de algas multicolores al lado de Poseidón.
(Gracias Juan Luis por la hermosa narración)